Esencia de los colegios de la Congregación del Verbo Divino.      

Los colegios son una expresión concreta de la misión que la Congregación SVD se siente enviada a cumplir en el campo de la educación. Educar y formar, para nosotros es una tarea, es una misión encargada por el Padre Dios, continuando así la misión del Verbo y del Espíritu Santo. 

 Con nuestros colegios nos ponemos al servicio de la Iglesia Argentina tratando de formar hombres y mujeres misioneros del mañana que, arraigados en el espíritu de Cristo, aporten a la realización del presente y a la construcción del futuro de manera creativa y dinámica.

El Proyecto Educativo de nuestros colegios debe estar necesariamente centrado en el alumno, poniendo énfasis en su vocación humana y cristiana, proyectada hacia Dios y al mundo en actitud de servicio misionero.

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         Antropología subyacente del Proyecto Educativo Institucional

La DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA de un Proyecto Educativo Cristiano es esencial, ya que fundamenta el modelo de hombre que pretendemos formar y alcanzar como Comunidad Educativa.

¿Por qué es esencial? Porque para un Proyecto Educativo Cristiano, el hombre creado a imagen y semejanza de Dios es el centro de toda actividad, en este caso, la educativa.

Cuando decimos modelo, estamos hablando de una finalidad, de un ideal que tenemos y que se va desarrollando, evolucionando en el proceso educativo, entre otros procesos dinámicos que vivimos todos como personas: lo social, lo familiar, etc.

También cuando hablamos de la antropología de nuestro Proyecto Educativo, queremos expresar ese sentido último de la persona que da “sentido” (dirección) a la tarea educativa. Hablar de antropología de un proyecto es hablar de alumnos, padres, docentes, no docentes, exalumnos, es decir, personas concretas que no son un medio sino un fin en sí mismo, en apertura a lo transcendente.

Esta opción, LA PERSONA UN FIN, coloca en segundo lugar todo aquello que estuvo en muchas oportunidades en primer lugar: la metodología, la disciplina, los objetivos, los conocimientos, las actividades….  La antropología subyacente (en nuestro caso, antropología teológica cristiana) determina y define la educación que ofrecemos.