La palabra clave y el centro de la espiritualidad y actividad de la Congregación es la misión. Ella es nuestra nota distintiva, nuestro carisma, nuestra impronta y nuestro sello.
Luego del Capítulo General de 2000, la Congregación SVD entiende su misión como “diálogo profético”. Se trata de un cambio profundo y verdaderamente significativo de comprender nuestro modo de evangelizar. Porque, “diálogo” significa ponerse en camino hacia otros, implica deponer todo asomo de arrogancia, presunción y dogmatismo. El “diálogo” es expresión de respeto, solidaridad y amor, de escucha, humildad y sencillez.
Finalmente, el “diálogo” no es neutro, es un “diálogo” desde una opción por Jesús. Se entronca y parte de una identidad religiosa: la identidad cristiano-católica.
El apelativo “profético” colorea e identifica el “diálogo” desde la vivencia de la fe cristiana.
Los principales interlocutores de este diálogo profético son:
- Las personas ajenas a toda la comunidad de fe y las personas que buscan la fe.
- Los pobres y marginados.
- Las personas de otras culturas.
- Las personas de distintas tradiciones religiosas e ideologías seculares.